Atlantia y ACS evalúan repartirse operaciones de Abertis para evitar guerra de ofertas
La italiana, presente en Chile en Costanera Norte, negocia con la alemana para lanzar una OPA conjunta.
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La española ACS y la italiana Atlantia (que en Chile opera la autopista Costanera Norte) exploran la posibilidad de lanzar una Oferta Pública de Adquisición (OPA) conjunta sobre Abertis o cualquier otra fórmula para después llegar a un acuerdo sobre el reparto de los activos de la compañía.
El gobierno permanece atento a este nuevo escenario que, de salir adelante, daría un vuelco total e imprevisto a la pugna que mantienen ambas empresas por el control de Abertis.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha confirmado por parte de las tres empresas implicadas "la existencia de conversaciones preliminares con ACS", tal y como publica EXPANSIÓN, "sin que hasta la fecha hayan llegado a acuerdo alguno".
El acuerdo pasaría por el reparto equitativo de los activos españoles e internacionales de Abertis entre los dos contendientes, un reparto en el que se están centrando las negociaciones. Este esquema encaja en parte con el plan que tenían contemplado llevar cada uno una vez logrado el control de Abertis.
Tanto Atlantia como ACS proyectaban la venta de activos de Abertis para reducir deuda, o tenían predilección por unos negocios sobre otros. Ambos barajaban la venta de Hispasat, la filial de satélites de Abertis.
Guerra de OPA
El grupo italiano Atlantia compite desde hace meses contra Hochtief, la filial alemana de ACS, por hacerse con el control de Abertis. Sus OPA valoran Abertis en 16.500 millones de euros y 18.600 millones de euros, respectivamente. Ambas ofertas incluyen una parte del pago en acciones y otra en efectivo. La OPA de ACS, de momento, sigue siendo superior a la de Atlantia.
El problema, hasta ahora, era que ninguno de los dos contendientes parecía dispuesto a tirar la toalla. Por eso, el mercado ha estado esperando que ambos grupos suban el precio por Abertis incluso a riesgo de llegar hasta la extenuación.
De ser así, la guerra de OPA podría convertirse en una lucha encarnizada que terminará pasándoles factura a los dos. En un entorno de bajos tipos de interés como el que existe ahora, ambos grupos pueden lograr gran liquidez para atizar aún más la guerra. Pero si los tipos suben a medio plazo, como se prevé, esta batalla podría condicionar su futuro.